El triunfo de una dinastía bastarda
Ahora que los últimos años del Siglo XV y primeros del XVI en España están de actualidad gracias a las series de TVE sobre Isabel I de Castilla y su nieto Carlos I, no está de más volver la mirada hacia el siglo y medio anterior, el periodo en el que la dinastía Trastámara -de la que Isabel y Fernando fueron últimos representantes- accedió a los tronos de Castilla y Aragón. Una buena forma de sumergirse en este periodo convulso de la Historia de España es hacerlo de la mano de Julio Valdeón, fallecido en 2009, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Valladolid y miembro de la Real Academia de la Historia. Su extensa obra le consagra como uno de los mejores especialistas en la Historia tardomedieval de los reinos hispánicos, con el añadido -por desgracia no tan frecuente- de ser capaz de escribir obras rigurosas y a la vez atractivas desde el punto de vista del lector no académico. Porque la Historia de los Trastámaras tiene mucho de novelesco, y Valdeón no desaprovecha la ocasión de introducir al lector en la atmósfera apasionante y apasionada de la época.
Los Trastámaras fueron una dinastía bastarda, surgida de los amores entre el rey de Castilla Alfonso XI y la dama Leonor de Guzmán. De esa unión nace Enrique de Trastámara, quien a la muerte de su padre y tras el acceso al trono de su hermanastro Pedro I, apodado El Cruel, encabezaría una rebelión motivada entre otras cuestiones por el asesinato de su madre por orden del nuevo rey.
La guerra fratricida, en la que intervinieron tanto la corona de Francia como la de Inglaterra, duró desde 1355 a 1369, y se saldó con el asesinato de Pedro I y el triunfo incontestable de Enrique II, fundador de la nueva dinastía. En 1379 le sucedió su hijo, Juan I, en cuyo reinado destacó el vano intento de conquistar Portugal por la fuerza, saldado con la derrota catastrófica de Aljubarrota. Una buena muestra de que son las vicisitudes históricas, la mejor o peor fortuna de un príncipe en la batalla, las que forman las naciones que hoy conocemos.
Valdeón siembra su relato de pinceladas de fuentes originales, y tiene la virtud de saber transmitir con la claridad del auténtico experto las consecuencias y derivadas de los acontecimientos. También encuentra lugar para explicar con detalle cuestiones como el funcionamiento administrativo de la Corona de Castilla, o la reforma de la Iglesia a través de la fundación o refundación de nuevas órdenes modernizadoras.
La Historia de la dinastía continúa con Enrique III El Doliente, un adolescente enfermizo bajo cuyo reinado creció la tensión entre la nobleza, los altos funcionarios reales y los denominados epígonos Trastámaras, o parientes del rey deseosos de mejorar su influencia y posición. Valdeón describe con precisión el ascenso de una nobleza de rancio abolengo que acabaría imponiéndose y resultando decisiva en el pulso con la Corona unificadora a lo largo del siglo XV.
El libro también se detiene en el ascenso de los Trastámara al trono aragonés, en la persona de Fernando de Antequera, elegido frente a otros pretendientes en el famoso Compromiso de Caspe. Y particularmente en otro personaje que, por los odios y lealtades que suscitó, acabaría siendo una de las figuras centrales del siglo: Don Álvaro de Luna, hombre de confianza del rey Juan II y protagonista de la pugna entre la Corona de Castilla y los Infantes de Aragón, hermanos del monarca de aquél Reino y empeñados en controlar la política castellana. Tras varias campañas, Juan II y De Luna acabarían imponiéndose, en una época en la que entran en escena el príncipe Enrique -futuro Enrique IV- y su consejero Juan Pacheco, Marqués de Villena. De Luna acabaría cayendo en desgracia y siendo ignominiosamente ejecutado por orden del rey, un suceso que supuso una conmoción para la sociedad castellana de su tiempo.
Valdeón se ocupa de los reinados de Alfonso V El Magnánimo y Juan II de Aragón, quien tuvo que hacer frente a la rebelión de los burgueses catalanes y a su intento de acogerse a la protección nada menos que del rey de Castilla; y, en lo que se refiere a Castilla, en la pugna entre Enrique IV, su hermanastra Isabel y su marido Fernando, y la princesa Juana la Beltraneja. Una Historia que sin duda nos resulta más familiar, pero que no es sino la consecuencia de este siglo y medio de Trastámaras en el que Julio Valdeón nos ha sumergido con su erudición entretenida.
Jaime Velasco
Los Trastámaras. El triunfo de una dinastía bastarda. Julio Valdeón Baruque, Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2010. 19 euros.
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